No soy partidaria de las frases lapidarias como ese "para siempre", de la misma forma, tampoco creo en el "nunca jamás" aunque confienso que de mi boca han salido en más de una ocasión.
Hace mucho tiempo que no paseo por mi playa, el frío no acompaña, y tampoco la pena, sí, curioso, pero es, cuando la pena me invade, cuando siento la necesidad de volcar mis pensamientos, hoy, no me invade la pena, a pesar de que motivos "haberlos haylos"
Sé que es un típico tópico, pero las reflexiones que me golpean hoy en la cabeza... "relaciones sentimentales", SIIII!! algo ñoño, una tontería para much@s, imprescindible para otr@s, "sobrevaloradas" o "infravaloradas" según se mire, enriquecedoras, en mayor o menor medida, sin lugar a dudas.
Me he dejado llevar por el ambiente "erotic love" que llenan escaparates y nos bombardean en medios de comunicación.
Me encanta, a pesar de intentar autoconvencerme con esa frase lapidaria "nunca jamás me volveré a enamorar.." pero...y ¿lo bien que se siente uno en ese estado? vamos! si hacemos autocrítica y somos sinceros con nosotros mismos, es un estado maravilloso.
Hoy he venido a traerle una sonrisa a mi playa, a compartir una historia, que nació entre las llamas de una hoguera.
Nada más lejos de mis pensamientos y como todo lo maravilloso que pasa en esta vida, casi sin darme cuenta, él, se había hecho un hueco en mi vida, con cautela, es lo que tiene el cumplir años y haber vivido experiencias.
Lo que está claro, es que ninguna historia es igual a otra y este presente que vivo es bastante diferente.
Sereno dentro de la locura que siento cada vez que me encuentro con sus ojos, feliz dentro del miedo que me provoca pensar en un fin. Como si de una mosca se tratara, sacudo rápido esos pensamientos, quiero estar aquí y vivir ese escalofrío que me provoca su sonrisa pícara.
¿Hay algo peor que quedarte con la duda..y sí..?
En un día como hoy, San Valentín, yo apuesto por tí, sabiendo de antemano que es una apuesta segura, simplemente, porque lo estoy viviendo.
Un guiño desde mi playa...TONNNTAAAA!!!
martes, 14 de febrero de 2012
lunes, 17 de octubre de 2011
ORDENANDO "EL ARMARIO"
Vuelvo a mi playa después de mucho tiempo de ausencia, después de pasar un tiempo "corriendo" como si la velocidad, evitara que vieras lo que hay a tu alrededor, como si dejara de existir.
He parado, mareada, aturdida, necesito ver, ordenar, sonreir sin nada que oprima mi pecho, sin angustia.
Ayer me senté frente a mi armario, las puertas abiertas de par en par, un suspiro salió de mi boca, hay que poner orden, hay que hacer sitio, demasiadas cosas guardadas con un "por si acaso", esa camisa que hace años te hacía sentir especial, y qué por mucho que te la pruebas una y otra vez no vuelves a notar el mismo efecto, pero vuelves a doblarla ¿pensando qué? quizás algún día...
Cajón por cajón, estantería, perchas, todo lo que guardo me recuerda algo, ¿una forma de aferrarte a un pasado qué jamás volverá? ¿a un instante que añoras? ¿a una edad que ya nunca tendrás?... hay que desalojar, dejar sitio a lo nuevo, abrir el armario y que veas con claridad lo que es de hoy, lo qué es el ahora... subida en la silla redeescubro esa caja que va conmigo mudanza tras mudanza, guarda secretos, "amuletos", todas esas pequeñas cosas que van haciendo que hoy seas quien eres....¿y si lo destruyo? ¿dejaré de ser quién soy? o ¿seré más yo?...al fin y al cabo no son las cosas las qué nos hacen cómo somos, son las experiencias, los sentimientos, las sensaciones que vamos atesorando en la mente, en el corazón, en la piel, en los poros, sabores, olores, instantes eternos...
Ahí sentada frente al armario, sentí la necesidad de parar, abrir las puertas de mi alma y ordenarla...
Aquí en la playa, flotando entre el agua y el cielo, nada pesa, todo fluye, quizás no hay orden, o el mismo orden es el desorden, pero seguimos preguntándonos, buscando respuestas, que probablemente nunca encontraremos...
Vuelvo al mar a preguntarle: ¿Por qué, cada vez que siento qué las cosas no van bien, vuelvo al mismo punto? me aferro a una ilusión, a una aventura, a un momento vivido, que sin saber muy bien cómo, dirige mi vida, provoca comparaciones, hace qué el más mínimo fallo vuelva a refugiarme en "ese punto".
Quiero flotar, dejarme llevar por el suave vaivén del agua, cerrar los ojos, soñar, quiero dejar de guardar cosas, como leí en "algún sitio" el simple hecho de guardar algo para recordar, es admitir que puedes olvidar, pues hagámoslo, admitamos que podemos olvidar, aceptemos el olvido como una ayuda para seguir adelante...
Después de este "sin sentido" de palabras, voy a darme un baño en mi Atlántico,esa agua salada de mi mar, calma y limpia mi alma.
He parado, mareada, aturdida, necesito ver, ordenar, sonreir sin nada que oprima mi pecho, sin angustia.
Ayer me senté frente a mi armario, las puertas abiertas de par en par, un suspiro salió de mi boca, hay que poner orden, hay que hacer sitio, demasiadas cosas guardadas con un "por si acaso", esa camisa que hace años te hacía sentir especial, y qué por mucho que te la pruebas una y otra vez no vuelves a notar el mismo efecto, pero vuelves a doblarla ¿pensando qué? quizás algún día...
Cajón por cajón, estantería, perchas, todo lo que guardo me recuerda algo, ¿una forma de aferrarte a un pasado qué jamás volverá? ¿a un instante que añoras? ¿a una edad que ya nunca tendrás?... hay que desalojar, dejar sitio a lo nuevo, abrir el armario y que veas con claridad lo que es de hoy, lo qué es el ahora... subida en la silla redeescubro esa caja que va conmigo mudanza tras mudanza, guarda secretos, "amuletos", todas esas pequeñas cosas que van haciendo que hoy seas quien eres....¿y si lo destruyo? ¿dejaré de ser quién soy? o ¿seré más yo?...al fin y al cabo no son las cosas las qué nos hacen cómo somos, son las experiencias, los sentimientos, las sensaciones que vamos atesorando en la mente, en el corazón, en la piel, en los poros, sabores, olores, instantes eternos...
Ahí sentada frente al armario, sentí la necesidad de parar, abrir las puertas de mi alma y ordenarla...
Aquí en la playa, flotando entre el agua y el cielo, nada pesa, todo fluye, quizás no hay orden, o el mismo orden es el desorden, pero seguimos preguntándonos, buscando respuestas, que probablemente nunca encontraremos...
Vuelvo al mar a preguntarle: ¿Por qué, cada vez que siento qué las cosas no van bien, vuelvo al mismo punto? me aferro a una ilusión, a una aventura, a un momento vivido, que sin saber muy bien cómo, dirige mi vida, provoca comparaciones, hace qué el más mínimo fallo vuelva a refugiarme en "ese punto".
Quiero flotar, dejarme llevar por el suave vaivén del agua, cerrar los ojos, soñar, quiero dejar de guardar cosas, como leí en "algún sitio" el simple hecho de guardar algo para recordar, es admitir que puedes olvidar, pues hagámoslo, admitamos que podemos olvidar, aceptemos el olvido como una ayuda para seguir adelante...
Después de este "sin sentido" de palabras, voy a darme un baño en mi Atlántico,esa agua salada de mi mar, calma y limpia mi alma.
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