lunes, 17 de octubre de 2011

ORDENANDO "EL ARMARIO"

Vuelvo a mi playa después de mucho tiempo de ausencia, después de pasar un tiempo "corriendo" como si la velocidad, evitara que vieras lo que hay a tu alrededor, como si dejara de existir.
He parado, mareada, aturdida, necesito ver, ordenar, sonreir sin nada que oprima mi pecho, sin angustia.



Ayer me senté frente a mi armario, las puertas abiertas de par en par, un suspiro salió de mi boca, hay que poner orden, hay que hacer sitio, demasiadas cosas guardadas con un "por si acaso", esa camisa que hace años te hacía sentir especial, y qué por mucho que te la pruebas una y otra vez no vuelves a notar el mismo efecto, pero vuelves a doblarla ¿pensando qué? quizás algún día...
Cajón por cajón, estantería, perchas, todo lo que guardo me recuerda algo, ¿una forma de aferrarte a un pasado qué jamás volverá? ¿a un instante que añoras? ¿a una edad que ya nunca tendrás?... hay que desalojar, dejar sitio a lo nuevo, abrir el armario y que veas con claridad lo que es de hoy, lo qué es el ahora... subida en la silla redeescubro esa caja que va conmigo mudanza tras mudanza, guarda secretos, "amuletos", todas esas pequeñas cosas que van haciendo que hoy seas quien eres....¿y si lo destruyo? ¿dejaré de ser quién soy? o ¿seré más yo?...al fin y al cabo no son las cosas las qué nos hacen cómo somos, son las experiencias, los sentimientos, las sensaciones que vamos atesorando en la mente, en el corazón, en la piel, en los poros, sabores, olores, instantes eternos...
Ahí sentada frente al armario, sentí la necesidad de parar, abrir las puertas de mi alma y ordenarla...

Aquí en la playa, flotando entre el agua y el cielo, nada pesa, todo fluye, quizás no hay orden, o el mismo orden es el desorden, pero seguimos preguntándonos, buscando respuestas, que probablemente nunca encontraremos...
Vuelvo al mar a preguntarle: ¿Por qué, cada vez que siento qué las cosas no van bien, vuelvo al mismo punto? me aferro a una ilusión, a una aventura, a un momento vivido, que sin saber muy bien cómo, dirige mi vida, provoca comparaciones, hace qué el más mínimo fallo vuelva a refugiarme en "ese punto".

Quiero flotar, dejarme llevar por el suave vaivén del agua, cerrar los ojos, soñar, quiero dejar de guardar cosas, como leí en "algún sitio" el simple hecho de guardar algo para recordar, es admitir que puedes olvidar, pues hagámoslo, admitamos que podemos olvidar, aceptemos el olvido como una ayuda para seguir adelante...

Después de este "sin sentido" de palabras, voy a darme un baño en mi Atlántico,esa agua salada de mi mar, calma y limpia mi alma.